viernes, 22 de mayo de 2009

Crisis económica pone en jaque a proyecto One laptop por niño



Los ya famosos despidos que caracterizan esta época de crisis financiera llegó como una metástasis a la fundación One Laptop Per Child (OLPC). La institución que promociona la portátil XO redujo recientemente a la mitad su plantilla de funcionarios, luego de la retirada de algunos patrocinadores.

Los números no le cierran a Nicholas Negroponte, fundador del proyecto, quien incluso aseguró que les queda dinero para aguantar “un año más” la iniciativa que acerca una computadora a cada niño del Tercer Mundo.

En tanto, como publica elpais.com, en opinión de los críticos de turno el “fracaso” del proyecto acontece producto “de una nefasta estrategia técnica y comercial” que se divisaba desde hace tiempo.

“Ni John Lennon pudo salvar al portátil de los 100 dólares”, publicó el matutino español. Y es que la fundación usó la imagen del músico para vender sus ordenadores en Navidad y revertir el adverso escenario de las bajas ventas. Además, debido a contratiempos con Quanta Computer, fabricante taiwanés de computadoras portátiles más grande del mundo, la XO finalmente llegó a costar 175 dólares.

Según Rodrigo Arboleda, presidente para Iberoamérica de OLPC, el problema devino luego de que varios gobiernos se comprometieran a comprar las laptops. Negroponte estimaba, en 2007, una venta de 150 millones de portátiles, pero hasta ahora sólo comercializaron un millón de unidades.

Pero esta situación no afecta a la normal consecución del proyecto en Paraguay, según la directora ejecutiva de Paraguay Educa, Cecilia Rodríguez.

COMERCIO ABIERTO

Al margen de cómo evolucione la OLPC, “el actual diseño de la laptop está abierto para que Quanta lo pueda producir en cualquier momento”, expone la coordinadora del citado programa que se implementa en Caacupé.

“Es decir, en el peor de los casos si el día de mañana OLPC desaparece, las máquinas se pueden producir según la demanda”, asegura. Rodríguez refiere que desde un inicio se buscó que “la sostenibilidad del proyecto dependa más bien de las comunidades donde se implemente”. En ese sentido, aclara que “a pesar de que hubo despidos, lo bueno de trabajar con el software abierto –desarrollado por Sugar- es que permite a los beneficiarios en distintas partes del mundo apropiarse de la producción del proyecto”.

Suma el hecho de que la competencia está instalada, exista o no OLPC. “Al crear una computadora de bajo costo, se fijó un precio (que rondaba los 100 dólares), que exigió a las empresas a competir en este mercado”, señala. En India incluso están “tratando de producir máquinas más económicas que lleguen al público por solo 30 dólares”, remata.


Fuente: http://www.lanacion.com.py/noticias-236372.htm

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