domingo, 6 de diciembre de 2009

Enseñar y aprender en redes.

Transición al blended-learning desde el e-learning.

Estaba en un bar que tenía una tv prendida sin sonido. En ese momento trataban sobre las vicisitudes de un popular programa del que solo veía las imágenes de gente bailando, llorando y discutiendo. La gestualidad del conductor revelaba que gritaba mientras detrás de él se ejecutaba una coreografía de fingida sensualidad.

Si nos trasladamos imaginariamente a una época anterior a la tv y comparamos la oferta de espectáculos disponible antes de que la tecnología permitiera que una persona los presenciara desde su casa o desde un bar, podemos caer en la falsa conclusión de que la evolución tecnológica perjudico a los contenidos.

La tecnología, como expansión de los sentidos, permite libertad en espacio y tiempo. No necesitamos trasladarnos para asistir a un espectáculo o podemos decidir a qué hora queremos ver una película y no afecta directamente la calidad de los contenidos.

Podemos idealizar el pasado y concluir que la calidad de los espectáculos era superior, tal vez lo era, pero posiblemente había muchas ofertas culturales de mala calidad que estaban reducidas a su espacio y que una vez terminadas fueron olvidadas. La tecnología expande en el espacio, conserva en el tiempo y amplifica. Amplifica y genera la popularidad de una persona, y la difunde.

En educación, salvando las distancias, la tecnología también permitió la extensión de los sentidos y en la década del 90 se incorporo el concepto de e-learning al lenguaje académico.

A partir de allí, podemos preguntarnos si los sistemas de enseñanza aprendizaje a distancia lograron los mismos objetivos que la educación presencial, o por el contrario, solo los sistemas presenciales garantizan la calidad.

La transición al blended-learning puede darse en dos sentidos: Desde los procesos presenciales o desde el e-learning. Aunque el primer caso es más común, me centrare en la transición al blended-learning desde el e-learning

Muchos antiguos promotores del e-learning, en la actualidad consideran que no se puede lograr un proceso de enseñanza aprendizaje de calidad bajo esa modalidad. Por eso promueven la combinación entre esa modalidad con la presencial. García Aretio se refiere a esta perspectiva: “ …..curiosamente hay (sobretodo últimamente) quienes desde la orilla del e-learning hablan solo de paso adelante porque dicen, afortunadamente, se recupero el protagonismo de la relación presencial. Y resulta curioso que ahora los que venden blended-learning y antes vendían e-learning tratan de convencernos de los beneficios de la relación presencial entre seres sociales por naturaleza como son los alumnos y los docentes, a veces con argumentos que niegan las razones anteriores con las que defendían apasionadamente la enseñanza virtual 100%”.

Pareciera que esta visión esta signada por una búsqueda de la calidad centrada en una sola variable, la modalidad, según la cual se percibió al e-learning como superador de la modalidad presencial y al blended-learning como una síntesis superadora de ambas.

Cabe recordar que el auge del e-learning se dio en la década del noventa y por lo tanto en un momento histórico muy particular saturado de supuestas soluciones mágicas, en el que los países del tercer mundo se verían propulsados al primer mundo aplicando determinadas recetas. El e-learning por aplicar tecnología moderna teñía de un matiz de modernidad y progreso muy acorde a la mentalidad de la década.

La transición al blended-learning desde el e-learning, puede visualizarse como un retroceso, una evolución o una síntesis superadora, pero en todos los casos se trata de intentar recuperar algo perdido que influye en la calidad del proceso. Cabe preguntarnos, si eso que se perdió estuvo en todas los procesos presenciales – así como podemos creemos que las ofertas culturales antes de la tv eran todas superiores – o si se perdió, es responsabilidad de la modalidad, de la mediación tecnológica o por el contrario fue por el diseño pedagógico.

“Desde las propuestas más rancias dentro del aula presencial, hasta los más innovadores modelos tecnológicos educativos de hoy, pasando por todas las generaciones de la EaD, un altísimo porcentaje del éxito de acciones formativas estriba en la figura del docente, en el modelo pedagógico que este asuma, en su formación, disposición, motivación y en la eficiente utilización de los medios tecnológicos adecuados para cada situación didáctica concreta”. (García Aretio, 2004).

La diferencia entre las modalidades virtual y presencial que depende pura y exclusivamente de la modalidad es la separación física. “Uno de los problemas que más acusan los alumnos de esta modalidad es el de la soledad y alejamiento del profesor y los compañeros de estudio. La necesidad de relacionarse con los otros se convierte a veces en determinante para el logro de resultados de aprendizaje”. García Aretio (La Educación a distancia, 2002)

¿Es por ese motivo que algunos ven al blended-learning como superador de las falencias del e-learning y como una modalidad que permite relacionarse y evitar la soledad?

García Aretio agrega al párrafo anterior “Pues bien, ahí está el reto de la enseñanza a distancia. En ella, prescindiendo de la habitual presencia cara a cara de profesor y alumnos, se pueda mantener un eficaz sistema de comunicación no presencial. Si es así, el alumno no se sentirá tan solo y, por el contrario, contara con la orientación y motivación del profesor y, en su caso, de los propios compañeros”

Bibliografía:

Lorenzo García Aretio. La educación a distancia. De la teoría a la práctica. Ed. Ariel (2002)

Lorenzo Garcia Aretio. Blended Learning ¿Es tan innovador? BENED (2004)

Lorenzo Garcia Aretio. Blended Learning ¿enseñanza y aprendizaje integrados?” BENED (2004)

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